Si hay un experto en México en materia de mensajes políticos, esa persona es Andrés Manuel López Obrador. Me refiero a esos actos, dichos o circunstancias que son forma y fondo (aprovecho para saludar a Jonás y Mario), aunque muchas veces no todos capten el significado, o por lo menos no al momento.
Me refiero al presidente porque este fin de semana López Obrador decidió dar una vuelta por el sureste a bordo del Tren Maya, y de entre sus gobernadores invitados destacó la presencia de Enrique Alfaro Ramírez, mandatario de Jalisco.
Por supuesto que es común que el presidente invite gobernadores a sus giras, pero el fin de semana se extendió invitación a los mandatarios de cinco estados por donde cruza el Tren Maya (Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo), y sólo uno más: el de Jalisco.
¿En dónde está la novedad? En que el presidente invitó a Enrique justo cuando el jalisciense está metido en tremendo zafarrancho con Dante Delgado, coordinador nacional de Movimiento Ciudadano. AMLO manda decir es que tiene al gobernador jalisciense entre sus aprecios (al menos en este momento).
¿Qué está pasando? Se me ocurren algunas ideas. Una: que AMLO y Alfaro tuvieran un pacto político desde hace tiempo, y que el presidente manda recado de que Delgado no tendría por qué romperlo.
Otra: que López Obrador no está de acuerdo con que Dante Delgado esté ahora promoviendo a los políticos nuevoleoneses (es decir, Samuel García y Luis Donaldo Colosio) a la presidencia. Más cuando hay buen relación entre el mandatario norteño y el presidente.
Y otra: que AMLO mande señal de que sí quiere una tercera vía en las elecciones de 2024, pero no gusta el estilo de Dante, y que en todo caso él tiene no otros datos, sino otra idea de dirigente nacional emecista.
La última: que AMLO simplemente quería conversar con Alfaro, y el fin de semana fue su mejor oportunidad.
Una de las cuatro ideas, o quizá una combinación, pudo haber sido la razón por la cual un gobernador que no es del sureste fuera invitado a sentarse en el vagón junto con Carlos Slim y otros altos funcionarios y empresarios. Fue un mensaje. Está más que claro.
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